Cogida de su mano me enseñó su infancia. Recorrimos las calles y no pasábamos por ningún camino, portal o escaleras de los cuales no se le ocurriese nada que contarme. Con cada nuevo descubrimiento que hacía su vista me mostraba una historia. En ese portal vivía mi mejor amigo. En estas escaleras me di unos buenos piños intentándolas bajar con los patines. En esta casa vivía una vieja loca a la que hacíamos la puñeta. Ese era mi colegio. En este banco me sentaba con mi hermano y mi abuelita a comernos los helados que nos compraba ella cuando venía a visitarnos. Era como si los estuviese viendo a todos los que me decía. Lo vi de niño entrando en su portal con la mochila del cole. Dejarla, coger el bocadillo y salir a la calle a jugar con sus amigos. Lo vi haciéndose su caseta rodeada de arbustos. Lo vi como marchaba un día con su familia, ingenuo, como su edad obliga, dejando todo aquello atrás y no volviendo más. Y lo vi cuando descubrió que en su nuevo colegio no conocía a nadie suplicarle a su madre que por favor le dejase volver allí, con sus amigos, aunque fuese solo un ratito.
De verdad que lo vi.
Gracias por enseñarme una parte más de ti.
Y de vuelta a la vida normal. Mucho frío y pocas ganas de madrugar. La universidad sigue estando donde siempre, hasta las obras de la avenida principal. Los profesores siguen explicando y la cantina mantiene su ajetreo. Quiero otro sitio. Otro sitio con su rutina. El mesón del vino estaría bien.
Me voy a un centro de desintoxicación a ver si me siento mejor.
Es mi manera de decir que quiero más magdalenas.
" No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos. "
La semana pasada se me ocurrió la maravillosa idea de aceptar un trabajillo de promotora para esta semana. Y en eso estoy. El trabajo consiste, básicamente, en agobiar a la gente. Pero no me podía tocar repartiendo canapés o dando muestras de perfume, nooooo. Me tenía que tocar vender seguros de salud, ¡manda huevos! Y a eso dedico 6 horitas todos los días de esta semana, incluso el sabado :(.
La cuestión es que no sabeis como se siente una siendo rechazada por decenas de personas al día. Está claro que no es un tema muy interesante y que atraiga a mucha gente, pero coño, hay maneras y maneras de decir las cosas. Desde un "Gracias pero es que ya tengo uno y estoy contenta con él" hasta una mirada por encima del hombro acompañada con un gruñido parecido a un "No" va un trecho.
Yo creo realmente que es ese tipo de contacto, inesperado y aburrido el que hace entrever el tipo de persona que es cada uno. Cuando un promotor/a se acerca a ti para hablar todos pensamos de entrada que no queremos que nos agobie ni que nos venda nada. Sin embargo, hay gente que se dispone a escucharte y a decirte claramente si le interesa o no y luego se despide y se marcha. Otra, en cambio, acelera el paso o simula hablar con el móvil cuando ya te ve de lejos. Y si andaba despistada te manda una mirada asesina mientras huye de ti. Parece que crea que eres un ser inferior que vaya a sacarle de su burbuja de bolsos de Dior y trajes de Dolce&Gavana (porque en general ese viene siendo el perfil de este tipo de personas). En fin, a lo que me vengo a referir que la manera de afrontar una inesperada situación así, en la que te muestras tal y como eres dice mucho de la persona con la que tratas. No digo que la gente que no te trata bien sea mala malísima, pero si que afirmo que la gente que te escucha aún sabiendo que no les interesa lo que vas a contarles tienen un corazón de oro.
Por otra parte no hay nada a lo que no se pueda sacar sus cosas positivas. Por ejemplo estoy aprendiendo a que me resbalen más las contestaciones de la gente y en consecuencia a perder (un poco más) la vergüenza. También me doy cuenta ahora de lo cansada que viene mi madre de trabajar toodos los dias al estar 8 horas de pie. Y por supuesto me da más ganas que nunca de acabar la carrera de una vez por todas. Y por último, pero no por ello menos importante, me da dinero para subsistir hasta que acabe el curso (espero).
¿Por qué tenemos la ilusión de que nos toque la lotería?
¿Por qué tenemos miedo a que nuestra pareja nos deje de querer?
¿Por qué aceptamos perder 8 horas diarias cada día de nuestra vida por trabajar?
¿Por qué un estado de ánimo consigue cambiar el color de las cosas que vemos?
¿Por qué el dinero crea clases?
¿Por qué siempre queremos lo que no tenemos?
¿Por qué los niños están perdiendo la inocencia?
¿Por qué enterramos a nuestros muertos?
¿Por qué somos tan hipócritas?
¿Por qué nos empeñamos en creer en un Dios?
¿Por qué te quiero tanto?
¿Por qué?
